Este edificio del siglo XIX está catalogado como Bien de Interés Cultural y actualmente ha sido reconvertido en un céntrico hotel. El nombre le viene dado por una fuente en la que hay unos patos representados y que es un lugar al que muy comunmente llevan los granadinos y granadinas a sus hijos a "enseñarle los patos" siempre que se sale de compras por el centro.